Tenemos presente que, cuando una persona acude a un abogado, en unos momentos tan delicados, quiere a un profesional que le atienda, le comprenda y, sobre todo, sea claro con respecto a los cauces de actuación y la posibilidad de que tengan éxito sus peticiones.

El vínculo abogado-cliente dentro del derecho de familia, en ocasiones no acaba con una sentencia que certifique el acuerdo al que se ha llegado o fije las acciones definitivas que regulen la separación o las relaciones paternofiliales, cuando se trata de parejas que no han contraído matrimonio. Y es que, en la rutina de los hijos comunes o de los propios adultos, puede haber modificaciones de en el entorno de manera tal, que haya que modificar las acciones adoptadas en su momento, a la coyuntura existente, o que se necesite aplicar dichas medidas si están siendo incumplidas por alguna parte, si así fuera, deberán de nuevo solicitar ayuda a un abogado.

Por este motivo, es nuestra prioridad transmitir a nuestros clientes, de forma cercana e individualizada, nuestro compromiso con su caso.