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ToggleDemanda de divorcio contencioso modelo que se sigue normalmente. Poner fin a un matrimonio no es un proceso fácil, especialmente cuando los ex cónyuges no consiguen llegar a un acuerdo. Y es que, en estos casos, la demanda de divorcio contencioso suele ser la única solución, un procedimiento que no suele ser ni rápido ni sencillo, ya que es un juez el que debe tomar todas las decisiones importantes sobre el reparto de bienes, el uso de la vivienda familiar y la custodia de los hijos.
Pero, ¿qué implica realmente un divorcio contencioso y cuáles son los pasos que deben seguirse? A continuación, te explicamos cómo funcionan este tipo de procesos y te daremos algunos consejos para evitar posibles complicaciones.
¿Qué es un divorcio contencioso?
El divorcio contencioso es un procedimiento judicial que se inicia cuando uno de los cónyuges decide poner fin a la unión matrimonial y no existe consenso con la otra parte sobre las condiciones del divorcio. Regulado por el artículo 770 de la Ley de Enjuiciamiento Civil en España.
A diferencia del divorcio de mutuo acuerdo, donde ambas partes establecen conjuntamente los términos de la separación, el divorcio contencioso implica que sea un juez el que establezca los términos que regularán aspectos fundamentales como la liquidación de bienes, la patria potestad, la guarda y custodia de los hijos, el régimen de visitas y la pensión alimenticia. Y es precisamente aquí donde empiezan a surgir muchos inconvenientes.
¿Cuáles son las causas de divorcio contencioso?
Aunque las diferencias económicas y la custodia de los hijos son los motivos más frecuentes, cualquier desacuerdo que impida un acuerdo amistoso puede dar lugar a un divorcio contencioso. Las causas más habituales son las siguientes:
- Diferencias irreconciliables respecto a la custodia de los hijos: cuando ambos cónyuges tienen opiniones diferentes sobre quién debería asumir la guarda y custodia.
- Disputas económicas: la pensión alimenticia, la pensión compensatoria o la atribución del uso de la vivienda familiar son temas que también generan muchos conflictos que, a menudo, suelen terminar en los tribunales.
- Reparto de bienes en común: la liquidación del patrimonio también puede generar controversias difíciles de resolver, especialmente cuando el matrimonio se ha celebrado en régimen de gananciales.
- Negativa de una de las partes a colaborar en el divorcio: en algunos casos, uno de los cónyuges no quiere divorciarse o no está dispuesto a negociar las condiciones, obligando al otro a recurrir a la vía judicial.
Desventajas del divorcio contencioso
El divorcio contencioso presenta una serie de desventajas que lo convierten en una opción menos deseable en comparación con el divorcio de mutuo acuerdo:
- Mayor duración del proceso. Dependiendo de la carga de trabajo del juzgado y la complejidad del caso, el procedimiento puede extenderse durante meses o incluso años. Por ejemplo, si se requiere un informe psicosocial para valorar la idoneidad de la custodia, el proceso puede alargarse considerablemente.
- Costes económicos elevados. Debido a los honorarios de los abogados, procuradores y, en algunos casos, peritos, los costes de un divorcio contencioso suelen ser mucho más altos. Dependiendo de la duración y de las pruebas necesarias, el proceso puede costar entre 3.000 y 10.000 euros.
- Impacto emocional. Los procedimientos contenciosos suelen crear un ambiente de confrontación que puede afectar negativamente tanto a los cónyuges como a los hijos. Las declaraciones judiciales y la exposición a los conflictos legales pueden ser una experiencia estresante y desgastante.
- Decisión en manos de un juez. Al no haber acuerdo, será el juez quien tome la decisión final sobre aspectos fundamentales, lo que puede generar mucha incertidumbre, ya que ninguna de las partes tiene garantizado que sus pretensiones serán aceptadas.
Pasos de la demanda de divorcio contencioso modelo que se sigue normalmente
La demanda de divorcio contencioso sigue un modelo que normalmente se distribuye en las siguientes fases:
- Preparación de la demanda. La demanda tiene que estar cuidadosamente fundamentada y acompañarse de los documentos básicos, como los certificados de matrimonio y los certificados de nacimiento de los hijos, ya que sirven para acreditar la relación y la situación familiar. Pero también es importante aportar pruebas documentales que respalden las pretensiones, como nóminas, declaraciones de la renta, justificantes de gastos o escrituras de propiedad, por ejemplo. Entre estas solicitudes pueden incluirse aspectos como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, la compensatoria y el reparto de bienes.
- Presentación de la demanda. Una vez que la demanda haya sido redactada, debe ser presentada en el Juzgado de Primera Instancia que corresponda al domicilio conyugal. No obstante, en algunos casos puede variar en función de las circunstancias de la pareja.
- Notificación y contestación. El juzgado notifica al cónyuge la demanda, contando con un plazo de 20 días hábiles para responder. Durante este periodo, el demandado puede aceptar las solicitudes de la demanda, oponerse a ellas total o parcialmente, o incluso presentar una reconvención, es decir, una contrademanda para proponer otras medidas.
- Celebración de la vista. Si no se llega a un acuerdo previo, se celebra una vista en la que ambas partes exponen sus argumentos ante el juez. Durante esta etapa, se presentan las pruebas admitidas, que pueden incluir documentos, testimonios de testigos e informes periciales, como valoraciones económicas o evaluaciones psicológicas. Además, si hubiera menores implicados, el Ministerio Fiscal se encargaría de proteger sus derechos e intereses.
- Sentencia. Finalmente, el juez emite una sentencia que resuelve los aspectos planteados en la demanda: custodia, pensión alimenticia, régimen de visitas y reparto de bienes. Si alguna de las partes no estuviera conforme con el fallo, puede interponer un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial para solicitar una revisión de la sentencia. De esta forma, se garantiza que la resolución sea lo más justa posible para ambas partes.
Demanda de divorcio contencioso modelo que se sigue normalmente. ¿Es posible cambiar un proceso de divorcio contencioso a mutuo acuerdo?
Aunque el procedimiento haya comenzado como contencioso, en cualquier momento las partes pueden decidir dejar a un lado las discrepancias y optar por un acuerdo. Lo que, sin duda, supone un gran alivio económico y permite agilizar considerablemente el proceso. Pero además, puede ayudar a suavizar el impacto psicológico de la separación, especialmente para los hijos.
Para ello, deberán redactar y presentar un convenio regulador que contemple todos los aspectos clave: desde la custodia de los hijos y el régimen de visitas, hasta la pensión alimenticia, la compensatoria, y el reparto de bienes comunes.
Este documento deberá ser evaluado por el juez, aprobándolo si considera que cumple con las normativas legales y velando en todo momento por el interés superior de los menores, en caso de haberlos.
En estos casos, la mediación familiar puede ser una herramienta muy valiosa. De esta forma, ambas partes pueden dialogar en un entorno neutral y buscar soluciones que resulten beneficiosas para ambas partes. Reduciendo el ambiente de confrontación, favoreciendo una comunicación más constructiva y sentando una base más estable para futuras interacciones familiares.
Demanda de divorcio contencioso modelo que se sigue normalmente. La importancia de contar con un abogado especialista
En un divorcio contencioso, es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado especialista en derecho de familia. Y es que no solo se encargará de redactar la demanda y de defender tus intereses en el juzgado, sino también de ayudar a diseñar la mejor estrategia para aumentar tus posibilidades de éxito. Pudiendo orientarnos sobre si es mejor buscar un acuerdo amistoso en determinadas circunstancias.
Además, este tipo de profesionales cuentan con experiencia en casos similares y conocen perfectamente cuáles son los criterios que los jueces suelen aplicar, lo que resulta crucial para preparar argumentos sólidos y presentar pruebas relevantes.
Eso sí, intenta elegir bien, ya que una mala representación puede terminar saliendo muy cara, pudiendo derivar en consecuencias económicas negativas, una pensión de alimentos desproporcionada o un régimen de custodia desfavorable.
Como puedes ver, el divorcio contencioso es un proceso complejo que requiere preparación, paciencia y, sobre todo, del apoyo de un abogado experto. No obstante, aunque el camino no siempre es sencillo, con el asesoramiento adecuado, podremos resolverlo de la manera más favorable posible.