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ToggleCuando se produce una separación legal o un divorcio, es importante definir cómo será la custodia de los hijos menores. De acuerdo con cada caso el juez puede determinar la forma en la guarda y custodia será aplicada.
La custodia puede ser monoparental, lo que significa que se atribuye a uno de los padres o puede ser custodia compartida y la responsabilidad se distribuye entre ambos.
Patria potestad y guarda y custodia no son lo mismo
Es muy común que se piense que patria potestad y guarda y custodia se refieren a lo mismo, pero se trata de dos términos diferentes.
Patria potestad
Es todo lo que se refiere a la representación legal y administración de bienes de los hijos menores. La patria potestad es inherente a la condición de padre o madre; sin embargo, debido a ciertas causas puede darse una situación de privación.
Guarda y custodia
La guarda y custodia es todo lo que tiene que ver con la vida diaria de los hijos menores.
¿Qué es la custodia compartida?
La custodia compartida consiste en distribuir en periodos de tiempo alternos la convivencia diaria de manera que tanto el padre y la madre compartan de manera equitativa todo lo relativo a los cuidados, educación y las actividades propias de los mejores de edad.
Es decir, los padres ejercen la custodia en igualdad de derechos y condiciones en todo lo relacionado con la atención y el disfrute de los hijos menores. La custodia compartida se ejerce en periodos que pueden ser fijados por mutuo acuerdo o dictaminados por un juez.
Los períodos pueden ser semanas, quincenas, meses, trimestre o de otra duración en función de las condiciones en las que tiene lugar el divorcio o la separación y el lugar de residencia de los progenitores.
Es decir, si uno de los padres se muda a otra localidad o a otro país, esta condición tendrá peso a la hora de determinar cuánto tiempo pasarán los menores con cada progenitor.
Años atrás, la custodia recaía sobre uno de los padres
Antes, al tener lugar una separación legal o un divorcio, la tendencia era asignar la custodia monoparental, es decir, que la custodia recaía sobre uno solo de los padres y para el otro se fijaba un régimen de visitas.
En la actualidad, la tendencia a establecer regímenes de custodia compartida tiende a aumentar.
Esto se debe a que la custodia compartida permite a los menores compartir tiempo de calidad de manera equitativa con ambos padres, lo que resulta beneficioso para su estabilidad emocional y su desarrollo.
De sobra sabemos que un niño necesita de sus dos padres por igual.
De cualquier manera, la decisión de otorgar la custodia compartida o la custodia monoparental siempre está en función de proteger al menor. En todas las situaciones de separación legal o divorcio se toma como primera opción la custodia compartida.
Sin embargo, en casos específicos en los que aplicar este tipo de guarda y custodia podría resultar lesivo a los intereses del menor, el juez dictaminará que es más conveniente la custodia monoparental.
¿Cuándo se determina la custodia compartida?
Desde el momento en que se plantea la separación legal, se definen los términos y condiciones de la custodia compartida de los hijos menores.
Esta puede ser por un acuerdo mutuo entre los progenitores en su propuesta de convenio regulador durante la ejecución del procedimiento de separación legal o divorcio en la modalidad de acuerdo mutuo.
También puede darse el caso de que los padres no se pongan de acuerdo desde un principio y se determinen los términos mientras se procesa la separación o divorcio del tipo contencioso.
El bienestar de los niños es lo primero
En todas las situaciones de ruptura de la vida en común, bien sea separación legal o divorcio, es importante anteponer los intereses y el bienestar integral de los hijos menores a cualquier disputa que pudiera tener lugar entre los padres.
Por esta razón siempre es recomendable por el bienestar de los hijos que la custodia se establezca mediante el acuerdo mutuo. Dejar la decisión en manos de un juez puede ser muy doloroso tanto para los pequeños como para los padres.
El acuerdo mutuo reduce el impacto emocional que siempre se asocia con una separación o divorcio. Esto aplica tanto a los hijos como a los padres.
Por otra parte, llegar a acuerdos de manera amistosa acerca de los términos en los que se llevará a cabo todo el proceso también representa un ahorro importante en costes y reduce los plazos legales para ejecutar el procedimiento.
Lo ideal es que una relación matrimonial sea para toda la vida; sin embargo, si no es posible, la ruptura del vínculo y de la relación de convivencia debe llevarse de tal manera que los niños, la principal parte afectada sufran lo menos posible.