En La Coruña, una mujer ha sido liberada de una deuda de 104.553 euros que había obtenido para traspasar un bar. Este negocio fue iniciado en 2007 junto a sus dos hermanas, cuando ninguna de ellas tenía empleo. Con un préstamo de aproximadamente 70.000 euros, abrieron el bar que inicialmente tuvo éxito. Sin embargo, la crisis económica de 2008 fue negativa, causando una drástica disminución de la clientela.
Con la reducción de ingresos, mantener el negocio se volvió inviable. A pesar de trabajar todo lo posible, en 2010 tuvieron que cerrar el bar ya que los ingresos no cubrían los gastos. Intentaron vender el traspaso del bar, pero no encontraron compradores y el préstamo seguía pendiente. Tras el cierre, la mujer y sus hermanas hicieron todo lo posible para cumplir con sus obligaciones financieras, pagando a proveedores y cubriendo otros gastos básicos, pero el préstamo original resultó insostenible.
La situación financiera se agravó cuando la mujer empezó a trabajar en un supermercado, ganando poco más de 1.100 euros mensuales, lo que no era suficiente para cubrir la deuda y los gastos de vida. A pesar de sus esfuerzos, no pudo hacer frente al pago del préstamo, enfrentándose además a un constante acoso por parte de los bancos que exigían el pago de la deuda pendiente, sugiriendo incluso que pidiera otro préstamo para saldar la deuda existente.
Finalmente, el caso llegó al Juzgado de lo Mercantil número 2 de La Coruña, donde la magistrada María Salomé Martínez Bouzas aplicó la Ley de la Segunda Oportunidad, exonerando a la mujer de la deuda restante. Este caso fue llevado por Bergadà Asociados, un despacho especializado en Derecho Concursal. La abogada Marta Bergadà, socia fundadora del despacho, explicó que la mujer había llegado a un punto límite debido a las adversidades económicas y el impacto psicológico que esto tuvo en su vida y la de su familia.
Durante esos años difíciles, a pesar de pagar lo que pudieron, incluido el alquiler, los servicios y seguros, no les quedaba dinero para vivir adecuadamente ni para saldar el préstamo. La presión de los bancos y la falta de ingresos suficientes hicieron que estos años fueran extremadamente complicados, tanto financieramente como psicológicamente, para la mujer y su familia. Gracias a la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad, ha podido liberarse de esta carga financiera y empezar de nuevo.
Por esto, si te encuentras en una situación parecida, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de atenderte y poder asesorarte.